viernes, 22 de noviembre de 2013

Diluvio Personal

A cántaros se inundó mi mirada de gozo
cuando las gotas de rocio de tus hermosos labios
dieran fruto en tu boca dulce, a un mitico: precioso!

La lluvia de tus pensamientos, ideas y monólogos,
precipitan en los caudalosos ríos de los mios
hasta que confluyen en una palabra, benditos.

Más allá de no se dónde, ni cuándo
es el orvallo de tu sentir deslizandose sublime entre mis manos;
quien nos trae las flores y empapa de vida todo el recorrido.

Y así, como un diluvio personal en nuestro propio cielo
hace alegoría de nuestros más preciados besos;
donde lo que para muchos es abstracto, en nosotros es amado.

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