miércoles, 11 de septiembre de 2013

Ante la distancia...

Hoy me toca irremediablemente abrazarte con mi alma
y no se porque se me antoja un beso que empiece en tus labios.
Y que entre temblores y gemidos, termine justo en tu boca.
Puede que te resulte atrevido, pero soy un niño crecido
y aunque ni siquiera te he logrado ver, mi hermosa
quiero urgar entre la oscuridad de tus sabanas.

Como quisiera acortar las distancias y que fueran mis manos
las que te hablaran en un idioma que solo tu cuerpo entienda
y que te sientas segura cuando mi pecho se confunda en tus senos,
mientras tus manos me explican donde queda tu entrepierna.

Malaya sea! Esta distancia confundida e irremediable
cuanto quisiera al menos que fuera solo distancia precisamente
lo que me obliga a encerrar mis palabras y sentir, para no asfixiarte.

Hablando Contigo

El tiempo se detiene mientras mi mirada acaricia tus labios.
Tu voz, como canto de sirena me hipnotiza y me esclaviza;
quiero dejar mi alma sumergida en el agua de tu boca.

No lo notas, pero bordeo la tentación que guarda tu sonrisa
con las inmensas ganas de perderme en el abismo que representa
el adentrarme a la aventura de conocer el sabor de tu cuerpo.

Apreso mis manos que quieren desencadenar una tempestad
despoblandote de todo vestigio de pudor y matar con mis besos
todos los demonios que impiden ser merecedor de tus caricias.

Tu mirada con cada palabra me llama a perder la cordura,
cada bocanada de aire que tomas, aumenta mis latidos
no se si estas conciente o ignoras a donde llevas mis pupilas.

Muerdo mis labios que quieren acallar tu canto de sirena
mientras tu mirada y tu boca confabulan por segundos, conmigo;
ya me siento casi vencido por la tentación, me acerco... y me preguntas

¿Dónde estas? Estoy hablando contigo.

martes, 10 de septiembre de 2013

Entre el espacio de tu oído y mis labios

Allí cerquita, muy cerca de ti,
entre el espacio de tu oido y mis labios
me dejaste con las ganas de beber de ti
esa noche en la que te deje sin aliento

Tus camelos me llevaron a aumentar tus latidos,
a sentir tus caricias en la distancia y el sudor en tus manos.
Tu risa nerviosa me mostraba el camino a tus labios
mientras recorria tu cuerpo con el tono de mi voz.

Alli cerquita, muy cerca de ti
entre el espacio de tu oido y mis labios
me quede con la promesa de beber de ti
esa noche que me robe tu aliento.

Solo lamento fuera entre tu oído y mis labios
porque si hubiera sido entre tu, yo y un te amo
de seguro no hubieramos colgado.

Con una pistola en la cabeza

Literalmente me pusieron una pistola en la cabeza para llegar a firmar aquella sentencia de: "hasta que la muerte nos separe". Per...