Literalmente me pusieron una pistola en la cabeza
para llegar a firmar aquella sentencia
de: "hasta que la muerte nos separe".
Pero debes tener la certeza,
que los motivos están muy lejos de la pena
y más cercanos a la fortuna de que me ames.
Y es que en tus ojos encontré la luz
cuando me mirabas sin descanso
con aquel letrerito en tu frente
que me guío del calabozo al Calvario,
alejándome de la tristeza y la muerte
para ver todo lo que escondias tú:
Un cántico con el poder de las aves de primavera
Un cántico con el poder de las aves de primavera
una sonrisa que hizo puente con la mía
una curiosidad infinita y una lengua traviesa
y eso solo por no hablar de tu camiseta.
Y aunque hoy creas que no quiero oír a las aves
Y aunque hoy creas que no quiero oír a las aves
o a pesar que me agobien tantas preguntas
todo eso y más, me devolvieron la vida
y hace que te ame como a nadie.
Por eso, ¿cómo no firmar aquella sentencia?
Después de que me pusieran una pistola en la cabeza!